HOLA!!

Hola, soy Esther Claver, psicóloga y terapeuta familiar. He decidido crear este blog para dar a conocer mis competencias como docente y terapeuta y poder compartir estos valores con personas que necesiten orientaciones concretas y quieran compartirlas también. en estos tiempos de crisis económica no todo el mundo puede permitirse una terapia, así es que he decidido poner mi "granito de arena".

Empezamos pues este nuevo proyecto donde podrás entrar y contarnos tus preocupaciones. Yo, desde aquí, intentaré ayudaros en lo que pueda !!!

Bienvenidos y bienvenidas!!

¿Te preocupa el consumo de drogas de tus hijos?

Una herramienta eficaz, que tus hijos e hijas pueden usar para conocerse mejor:

http://quierocambiarhuesca.blogspot.com.es/p/de-muestra-un-boton.HTML


Teniendo en cuenta los datos analizados, y de acuerdo con el último informe de la OMS (2012), subrayamos la necesidad de atender aspectos asociados al bienestar emocional y social de nuestros jóvenes, como son las conductas prosociales, la promoción de la independencia y la autoestima (centrándonos más en las fortalezas que en los síntomas), habilidades sociales (sobre todo la asertividad), potenciar la realización de ejercicio físico y asegurar un clima escolar positivo. Todo ello a través de terapias cognitivo conductuales y terapia familiar encaminadas a desarrollar estrategias conjuntas familia-escuela.
 
EN HUESCA ESTE MODELO DE INTERVENCIÓN ES ÚNICO POR AHORA. SOMOS OSCENSES, SABEMOS LO QUE NUESTRA COMUNIDAD NECESITA.




El problema del consumo de drogas por parte de los y las adolescentes a nivel nacional e internacional es un tema abordado desde diferentes puntos de vista (económicos, de salud, psicológicos, sociales…). En cuanto a Aragón, los estudios analizados (Gracia et al. 2007, Molina Chueca et al. 2004) indican, por ejemplo, que esta sería la segunda Comunidad Autónoma con mayor porcentaje de consumidores de marihuana.
Parece pues imprescindible un abordaje efectivo de la situación para poder paliar estas cifras y evitar así que siga aumentando el número de consumidores habituales entre nuestros jóvenes.
La mayoría de las acciones puestas en marcha hasta ahora en materia de prevención se han focalizado en la información que se transmite a los jóvenes. Sin embargo, son significativos los datos referidos al efecto real que la información tiene sobre el consumo.
Hace ya más de tres décadas que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a sus Estados miembros no centrar los programas preventivos en materia de salud en la divulgación de información, pues la información recibida no es condición suficiente para un cambio de actitud y de conducta (Moliner, 1998; Salleras, 1985 citados en Pons, J. 2011).  Parece que es la percepción que los jóvenes tienen de dicha información la que determina el consumo más que la información en sí misma. Los jóvenes que más consumen se consideran bien informados (Molina Chueca et al. 2004).
Planteamos entonces esta pequeña investigación con el fin de comprender mejor las bases psicosociales que sustentan la decisión de consumir o no consumir drogas por parte de nuestros jóvenes. Sondeamos pues sus percepciones sobre el consumo de drogas. Se valoran también rasgos de personalidad y control conductual referentes a diferentes modelos actuales que relacionan aspectos de personalidad y consumo. Abordaremos entonces Rasgos de personalidad y Conducta Planificada por un lado, como factores “internos” e individuales y por otro la influencia entre estos factores y la percepción social que nuestros jóvenes tienen sobre el consumo de drogas.
Los resultados obtenidos nos dan una visión más amplia sobre cuáles son las representaciones sociales de la muestra escogida y qué papel juegan en las prácticas de consumo, así como los rasgos de personalidad y percepción de control que destacan más tanto entre los que se definen como consumidores como en los no consumidores.

Hemos elegido alumnos de entre los 13 y 16 años debido a que según los últimos datos de la Encuesta Estatal Sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanzas Secundarias (ESTUDES, 2006-2007) parece que la edad de inicio de consumo ha descendido en los últimos años y queremos comprobar que esto se cumple en nuestro caso. Nuestra muestra ha sido seleccionada entre los alumnos de un colegio de Zaragoza, más concretamente los alumnos que hacen uso de lunes a viernes de un servicio de internado, exclusivamente masculino. No damos datos por mantener la confidencialidad de éstos.
 
Hemos pasado 3 cuestionarios: percepción social, persolalidad y conducta adaptada.
 
Nuestros resultados muestran que jóvenes que tienden a ser inestables emocionalmente se perciben a sí mismos como poseedores de un alto autocontrol. Todo indica que serían positivas acciones preventivas enfocadas al trabajo sobre el autoconcepto realista en adolescentes entre 13 y 16 años. Los resultados también indican que los jovenes son conscientes de que su entorno no aprueba el consumo de drogas. Aunque conscientes de que son censurados por su consumo, deciden igualmente consumir al sentirse aislados y no interesarles lo que su conducta pueda afectar a los demás. Sería entonces recomendable, además de lo dicho respecto al autoconcepto realista, poner en marcha acciones encaminadas a la mejora de habilidades sociales, más concretamente asertividad y empatía.
Parece que el consumo de drogas se asocia con mayores niveles de inestabilidad emocional, ya que nuestra muestra tiende a puntuar alto en este rasgo de personalidad. También coincidimos en que el consumo de drogas se asocia con un marcado perfil de búsqueda de sensaciones.
Nuestros resultados nos hacen pensar que en realidad los jovenes no poseen información sobre las habilidades necesarias para llegar a un control conductual en general y más concretamente sobre su conducta de consumo de drogas, aunque perciban que el resultado es un control sobre ésta.

Parece que la presión del grupo no es motivo mayoritario para explicar el consumo de alcohol en nuestra muestra. Este dato no coincide con lo hallado en otros estudios (Molina Chueca et al., 2004, Gracias et al., 2007) que concluyen que los jóvenes se ven influenciados por los amigos a la hora de consumir o no alcohol. Nuestros resultados muestran que, aunque está entre las razones de consumo, no es la mayoritaria. La mayoría refieren que su consumo tiene que ver más con la búsqueda de sensaciones, más en la línea de lo encontrado por Saíz, P.A., González, MªP, Jiménez, L., Delgado, Y., y otros (1999).
La mayoría de los sujetos (y recordemos que la mayoría son consumidores) de nuestra muestra coincide en darle importancia a las normas y la autoridad, dato que no coincide con algunos estudios en latinoamérica (Villareal, Sánchez y Musitu, 2011) donde se concluye que la interiorización de la disciplina y el autocontrol, entre otros factores, es importante a la hora de prevenir el consumo de drogas. Sí coincidimos sin embargo, como decimos más arriba, en que el potenciar el interés por las condiciones relacionales y socioculturales (en definitiva, habilidades sociales inherentes a la asertividad y la empatía), favorecería la no aparición de la conducta de consumo de sustancias psicoactivas.

Parece que los medios de comunicación no se valoran como importantes para la orientación en la vida de nuestra muestra y nuestros datos coinciden con el Instituto Deusto de Drogodependencias (2008). Visto ésto deberíamos quizá revisar el diseño de muchas acciones preventivas que utilizan los medios de comunicación de modo preponderante.

Como hemos dicho más arriba, sería interesante trabajar el autoconcepto y la autoestima a efectos de prevención del consumo de drogas. El entorno más adecuado para ello es la familia según indican los estudios revisados (Cid- Monckton et al. 2011). Los sujetos estudiados en este trabajo opinan en su mayoría que la familia es uno de los contextos más importantes para su desarrollo y orientación en la vida. Además refieren que su relación con la familia es buena o muy buena. También piensan que el profesorado es importante para su fin orientativo. Vemos entonces que la sinergia familia- escuela no sólo es importante sino que podría ser bastante plausible en el caso que nos ocupa.

Vemos que efectivamente la percepción social de nuestra muestra respecto a las drogas en general es de permisividad.
 

 

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